Cumplir años se transforma en una situación cíclica en el transcurrir de 12 meses posteriores a su celebración. Termina un ciclo e inicia uno nuevo en donde las esperanzas de conseguir un mejor futuro pasan a crear imágenes de felicidad, deseadas en el firme convencimiento de que seguiremos avanzando y celebrando mejores metas de las ya conseguidas.
Quizás es por eso, por lo que se sopla una vela deseando algo que colme nuestros sueños momentáneos. Soplamos con fuerza y casi sin poder recapacitar, llegan los abrazos y muestras de cariño por la gente que nos rodea, es una recepción de energía que te complace y que probablemente te genere fuerzas positivas para que todo se cumpla según tus designios. Y es entonces cuando se comparte por medio de un simple pastel y alguna bebida espumante tu suerte, para qué sean los más posibles los que se embriaguen con tu fortuna temporal. Sonrisas, felicitaciones, deseos, todo emerge de forma instantánea para rodear tu aura, tu alma y generar bienestar.
Después cuando la gente va ausentándose, quedan todas las fotografías mentales de lo sucedido, poco a poco el día de tu nacimiento, hace no se cuantos años te va dejando, todavía estarán permanentes todas tus redes sociales, del tipo que sean, que reflejarán tu felicidad y que ratifican la buena idea que fue celebrar cumplir un año más. Cuantas caras que pudiste ver de nuevo, con cuantos familiares, amigos o conocidos pudiste de nuevo platicar, incluso saber de sus vidas y poder hablar de la tuya, todo fue fantástico y mejor de lo previsto. Esto te da esperanzas que este nuevo año de tu vida aportará mejores situaciones, te hará olvidar los malos momentos y te pondrá en la ruta de una mejor vida.
Así que hoy te podrás sentar con la vida y explicarle tu experiencia, tendrás que reconocer que, a pesar de cumplir un año más, estas viva y que reconoces que es buena contigo, que estás con la seguridad que tu presente es maravilloso, que aprendiste de tu pasado y que estás preparada para crearte un futuro mejor. Gracias vida, gracias tiempo por seguir regalando años.
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