SAMATO

Por Santiago Martinez Torres

Hay que seguir luchando.

Me da gusto ver que a pesar de las circunstancias que estamos viviendo, sin especificar el lugar, hay personas que no se dejan vencer, que se enfrentan a la realidad y asumen su responsabilidad de seguir avenzando sin importar los obstaculos que enfrentan.
Veo en contrapartida gente que poco a poco se va rindiendo y abandonando sus objetivos justificando los momnetos que se suceden. Acaban reconociendo que no tiene opciones, que deberan de una u otra forma busca nuevos horizontes que den cabida a su fracaso, sus opciones imnediatas incluso los presionen a perder no solo su empleo, sino incluso su negocio y en algunos casos sus familia. LLego el momneto en que su cerebro se pronuncia y grita a los cuatro vientos. «Me rindo, no puedo más», luego surge el abandono, el dejarse ir, el no ser nadie, pasar desapercibido e incluso en algunos casos el suicidio, no solo físico, sino tambien emocional. La bebida, la droga pueden pasar a formar parte de una vida sin sentido ni final.
Es por eso que los incvito a luchar, a no ceder, abuscar la moral suficiente para ser responsables de que ustedes están hechos de otra madera, más fuerte, más resistente, más indestructible. Ahora se nos da la oportunidad de enfrentarnos a situaciones desconocidas, situaciones que nunca habíamos enfrentado, son retos nuevos que por descontado nos harán mejores, no debemos amedrentarnos, no debemos tener miedo , ni pensar que no pordemos enfrentarlos, al contrario debemos acumular nuestro valosr y sumarlo al de nuestro equipo para dar la cara, para de cir a gritos: «Aqui estamos», que sepan que estamos dispuestos a todo para poder salir adelante y tener la oportunidad no solo de sobrevivir, circunstancia que con el tiempo ya hemos realizado, sino tambien de prosperar ante las dificulatdes, para que entiendan que nosotros somos otro tipo de gente, somos extraordinarios, que dejamos que nuestras fortalezas aparezcan en el momneto justo de necesitarlas. Por eso ocurra lo que ocurra, nuestra fortaleza resistira una y otra vez, hasta que de nuevo nos alcemos victoriosos gracias a nuestro sentimiento conjunto de que nada, ni nadie puede vencernos.
Recuerdalo siempre: «no hay alcances imposibles, solo mentes pequeñas que se niegan a conseguirlos».

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