SAMATO

Por Santiago Martinez Torres

Terrorismo, fanatismo y odio

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Platicas sobre terrorismo, fanatismo y odio.

El reciente atentado sufrido en Barcelona, mi ciudad de nacimiento, ha dado lugar a interesarme por lo que ocurre en el resto del mundo refiriéndome a este tema. Los datos escrutados son como para dejar atónito a cualquier persona. Refiriéndome a los países con más víctimas en el año en curso puedo ver como Afganistán ha tenido 51 atentados y un total de 854 fallecidos y 1106 heridos, así seguiríamos con Iraq, Siria, Somalía, Pakistán, Nigeria, Egipto, Malí, Yemen, Filipinas, India, Turquía, Rusia, Chad, Congo, Reino Unido, Níger, Camerún y Libia por mencionar solo las naciones que han tenido más de 30 fallecidos en sus atentados. En lo que va de año son 4076 personas que han dejado de existir.

En la mayoría de estas situaciones estos actos han sido desarrollados a través de tiroteos, coches o camiones bombas, ataques suicidas o ejecuciones, un más del 95 % han sido perpetrados por individuos  o grupos que profesan la religión musulmana ligados al Estado Islámico, Talibanes, Al-Qaeda, Al-Shabbaad, Red Haqqani y otras derivaciones extremistas todas pertenecientes a diferentes grupos dentro de esta creencia en Ala y Mahoma.

Me viene a la memoria una frase de Mario Vargas Llosa: “Cómo todas las épocas han tenido sus espantos, la nuestra es la de los terroristas suicidas, antigua especie convencida de que matando se gana el paraíso”. La realidad es que se educa a los futuros terroristas con ideas que se les quedan grabadas y que en forma posterior, se convencen que dar su vida es obtener el premio por el que están vivos, las consecuencias hoy están a la vista de todos, el medio Oriente y una gran parte de África, están inmersos por esta situación, al punto que sus habitantes saben cuándo salen de sus hogares, pero no están seguros de su regreso. Algo a lo que por desgracia se han acostumbrado y ya es una forma de vida. La muerte, el llanto y la desolación son actividades frecuentes en sus vidas.

Margaret Thatcher fue explicita, cuando en su momento demando: “Los terroristas deben ser privados del oxígeno de la publicidad del que dependen”. Dando a entender que la captación de nuevos seguidores y de recursos es equivalente a la difusión que reciben por sus atentados. Su epicentro de acciones debe estar siempre ínter conectado con sitios de gran popularidad.

El terrorismo busca con sus acciones por medio de individuos o grupos, no solo su reconocimiento sino el miedo y el temor que infunden para poder justificar demandas a las personas o los gobiernos perjudicados, esto independiente a posibles venganzas o atentar contra los valores estructurales de naciones contrarias a sus convicciones. Hoy muchas naciones prohíben la entrada de ciudadanos procedentes de Siria, Egipto, Iraq, Irán, Libia, Somalía como inmigrantes o turistas. Japón, Australia, Nueva Zelanda, EEUU, Francia y últimamente Holanda son parte de este frente que intenta proteger sus fronteras en contra del Islam.

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Bajo mis pobres conceptos creo que el terrorismo nació para infundir el caos y la perdida de la seguridad de quien se ataca, volviéndolos victimas, con ello adquirir voluntades ante la idea de la muerte o el castigo.  Siento que la religión fue la primera creadora de esta cultura al amenazar con terribles torturas y castigos a todos aquellos que se alejaran de su seno. Más tarde esta forma de tener maniatados a los seres humanos por sus creencias, fue adoptada por los estados, empezando por la famosa revolución francesa de Danton y Robespierre, en donde unidades especializadas realizaban incursiones en los grupos con ideas innovadoras enemigas del estado y aplicaban calabozo, tortura y muerte, la mayoría de veces por guillotina a los disidentes, evitando que pudieran tener más seguidores ante esta posibilidad de ser arrestados. Quién puede evitar hablar del terrorismo en diferentes términos y enlazándolo en variados escenarios, sin recordar las famosas SS de Hitler, o la KGB de Stalin, la Falange de Franco, o la santa inquisición de Torquemada, o  recordar a Maria la sanguinaria en su lucha contra los protestantes ingleses a través de la hoguera. El terrorismo es viejo y como tal debería ser caduco, pero hoy es un arma de presión en un cisma político y religioso, totalmente fanático y lleno de odio, que amenaza al mundo desde la franja de los países de Oriente Medio, los seguidores del Islam son la segunda religión del planeta, escasa de cultura social, humanista o académica actualizada, sorprenden al mundo con un sistema de lucha difícil de contener, sin objetivos aparentes, muchos al azar como ocurrió ahora en Barcelona, su objetivo eran las Ramblas y la Sagrada Familia, consiguieron con saña y desmedida insensibilidad arrollar en un paseo que transitan más de 300 mil personas al día a gran cantidad de ciudadanos del mundo, en los 33 muertos hasta la fecha, serán más, hay 12 nacionalidades diferentes, no me imagino que habría pasado si logran que el coche bomba hubiera hecho su aparición en la Sagrada Familia de Gaudí el domingo con la misa, que todo el mundo puede asistir en forma voluntaria.

liabia630-sep16La Tierra ha vivido desde tiempos inmemoriales la implantación del terror como una forma de dominio de los más fuertes ante los más débiles, esto genera la sumisión y al mismo tiempo el odio, los levantamientos suscitados para poder tratar de conseguir una mayor libertad e igualdad, no podían ser de otra forma que en guerrillas y atentados contra los agresores. Esta era una lucha clara y diáfana en donde los objetivos eran personas o inmuebles predeterminados que constituían las bases de sus gestiones. Irlanda, Escocia, Polonia, Palestina,  fueron ejemplos claros de estos hechos.

Otros grupos en todo el mundo aparecieron con demandas licitas para ellos, la ETA, el IRA. FLQ, las FARC, LDJ, FALN, ERJ, KAU, todos ellos grupos de combate contra sus propios gobiernos, en busca de su propia independencia y que implican a naciones como España, Irlanda, Canadá, Colombia, Palestina, Israel, Puerto Rico, Japón y Kenia.

Hoy las cosas son diferentes, hoy se busca el foco de atención y no importa quién muera, sino en donde se comete el atentado y la audiencia que pueda tener la incidencia.

El mundo debería confesarse, el mundo debería buscar el perdón y perdonar, el mundo debería entender que cada persona es un universo diferente con pensamientos de todo tipo, el mundo debería aceptar a todos y cada uno de los seres humanos que lo habitamos,  si no somos capaces de entenderlos, si deberíamos aceptarlos tal y como son, eso sí, sin violencia y en términos de respeto y paz, sin intervenciones en sus propios territorios, dejando que ejerzan sus costumbres y creencias dentro de sus propias fronteras..

Las leyes deberían ser para todos iguales sin distinción de clases, la constitución de los países debería ser respetada por cualquier ser humano que pisará un suelo diferente a su nación. Respetar la cultura y la identidad de un pueblo es un buen principio para evitar, envidias, odios, rencores, malos entendidos. Donde sea que se vaya hay que estar de acuerdo con la identidad del lugar y acomodarse si así conviene al hecho de ser libre, de escoger el estar, convivir y habitar, jamás de imponer.

Las bases para sentar un precedente y buscar acabar con el terrorismo, el fanatismo y el odio, son como bien enseño Gandhi en una advertencia clara: “Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”. También era claro en su cura contra estos actos: “La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia”.

Yo siento al igual que este gran maestro de la humanidad, que el terrorismo nace en consecuencia del miedo a los ideales de los demás, del miedo a que el mundo pueda cambiar y enturbien las costumbres ancestrales de los que no aprenden ni quieren entender los cambios que por naturaleza se dan.

No podemos anclarnos en el ayer, debemos vivir nuestro presente y entender que nuestro futuro dependerá de lo que hagamos hoy. No se vale actuar en base a lo que ya pasó y que hoy, ya sea por siglos, décadas o años forma parte de un pasado que ya sucedió y que debemos aprender de él para evitar que vuelva a suceder, eso no se consigue por medio del Terrorismo, el fanatismo o el odio.

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