De sueños, fantasías y oración.

Mama, cuéntame un un cuento.

El cansancio me llevo al sueño, yo estaba en una especie de cama y un hombre de edad leía un libro lleno de luz:

“ En un principio mi cuerpo era el espacio, compuesto de miles de moléculas de átomos que divagaban y se esparcían en un infinito no cuantificable, en él se movían libremente sin destino fijo, pasaban unos al lado de otros sin pensar en juntarse ni formar otros cuerpos que no fueran ellos en sí mismos, fue entonces cuando me entusiasmo el convertirlos en formas diferentes creando estrellas y haciendo de ellas soles y alrededor de cada sol planetas moviéndose en forma perfecta de tiempo alrededor de quién les daría vida, galaxias desconectadas entre sí pero con rotación a través de Mí, fue entonces que a cada galaxia les di la vida por medio de cada planeta escogido, algunas de ellas con conciencia proveniente de su alma y en otras sin conciencia, es difícil distinguir formas de vida cuando solo entendemos lo que podemos ver y somos incapaces de comprender cuantas formas de vida pueden haber, pero eso solo está al alcance de los escogidos que son al mismo tiempo incomprendidos por sus teorías avanzadas del cosmos y sus misterios, solo los conscientes cuando abandonan su cuerpo material, pueden por medio de su estado etéreo ver que son, que pueden ser y que volverán a ser, al mismo tiempo que entender que todo tiene vida y está lleno de energía. Esa energía soy Yo, el que os da vida, el que produjo el diseño de todo para dar factibilidad a la existencia, creando el todo para la convivencia y existencia, dejando al ser humano en su albedrío la libertad de modificar mi obra en el afán de que la mejoraran, pero con el transcurrir de los siglos los hechos indican lo contrario y aquello que les deje para su bien hoy es la cámara mortuoria para todos, acabando con los recursos que puse en sus manos y convirtiéndolos en materia de intercambio en busca de su supuesto máximo poder, ser los amos de la tierra antes de lanzarse a un exterminio para determinar quién de todos estos delincuentes, seres malsanos puede hacerse con el mando absoluto. Por eso la justicia del universo actúa en muy contadas ocasiones, solo cuando el daño afecta a la galaxia y a mi propio cuerpo, es ahí donde se pone en marcha una defensa automática para preservar el resto y las condiciones del planeta infractor empiezan a deteriorarse generando primero una advertencia y en forma posterior si esta no es satisfecha una acción de cambio y transformación”.

Dicho esto cerró el libro y el sueño se hizo dueño de nuevo en mi agotado cuerpo, dejándome con una sensación de paz y tranquilidad que me hacía parecer una pluma sin peso flotando en el aire.

Fue cuando acudieron a mi mente,  las palabras traducidas del arameo de Jesús (Hijo de Díos) refiriéndose a sus gracias a la vida, lo que fue el padre nuestro original empezó a fluir en mi memoria sin dejar de estar dormido:

“Padre-Madre, respiración de la vida, fuente del sonido, acción sin palabras, Creador del Cosmos.

Haz brillar Tú Luz dentro de nosotros, entre nosotros, y fuera de nosotros para que podamos hacerla útil.

Ayúdanos a seguir nuestro camino respirando tan sólo el sentimiento que emana de Ti

Nuestro yo, en el mismo paso, pueda estar con el Tuyo, para que caminemos como reyes y reinas con todas las otras criaturas.

Que Tú deseo y el nuestro, sean uno solo, en toda la Luz, así como en todas las formas, en toda existencia individual, así como en todas las comunidades.

Haznos sentir el alma de la Tierra dentro de nosotros, pues, de esta forma, sentiremos la Sabiduría que existe en todo.

No permitas que la superficialidad y la apariencia de las cosas del mundo nos engañen, y nos libere de todo aquello que impide nuestro crecimiento.

No nos dejes caer en el olvido de que Tú eres el Poder y la Gloria del mundo, la canción que renueva de tiempo en tiempo y que todo embellece.

Que Tú amor esté sólo donde crecen nuestras acciones. Que así sea.”

Y de nuevo el vacío silencioso del entendimiento, de nuevo la sencillez de lo simple, de lo lógico, de lo que es real bajo la realidad de la existencia de lo que se ve, se siente, se toca, se oye y se huele. Todo al alcance de los sentidos y de los sentimientos, todo claro y solo confundido a conciencia por aquellos que ocultan la verdad, aquellos que quieren conservar y usurpar el poder y la gloria que no les pertenece. Todos somos el poder y todos somos la gloria porque somos parte compuesta de Él, parte de su cuerpo infinito que compartimos por medio de un pequeño espacio prestado llamado Tierra, en donde nos puso de propia voluntad para que ejerciéramos la propia, siempre que supiéramos cual era la medida de su voluntad y no la torciéramos.


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