“Si quieres tener un amigo, fíjate en sus virtudes y deja a un lado los defectos”

Muchas veces nos preguntamos el motivo por el que no tenemos más amigos, sin darnos cuenta de que en la mayoría de los casos los alejamos, creemos que al hacer amistades tenemos la obligación o necesidad de corregir sus defectos. La verdad es que para la persona que tiene que escuchar constantemente que está bien y que no lo está, llega el momento en que se hace insufrible. Ocurre en todos los ámbitos en los que nos manifestamos socialmente, el hecho de fijarnos en exceso en cómo visten, cómo hablan, cómo se comportan, como actúan, como miran y así podríamos ir desgranando gestos, actitudes y formas. A veces con más sutileza que otras, siempre tenemos la frase para darle a entender a nuestro semejante que debe cambiar porque tal y cómo es no va a ir a ninguna parte.“No te pongas las manos en el bolsillo”, “No muestres los dientes”, “Este vestido te va muy ceñido”, “Nunca digas esta palabra”, “Te peinas mal”, “El color de este suéter no te queda”, en fin, sería interminable la lista. Está claro que lo primero que tenemos que considerar es que cada persona es un mundo diferente, con sus propios pensamientos y formas de pensar y actuar, por lo que esto nos lleva a la conclusión que lo que nosotros consideramos correcto, puede ser lo contrario para la persona que tenemos frente a nosotros y que probablemente las correcciones que sentimos deberían ser inevitables, son las mismas que este ser le gustaría que corrigiéramos nosotros.

La realidad y se los digo con claridad, es que cuando una persona nos caiga bien y deseemos que esté dentro del circulo de nuestras amistades, lo mejor es ver sus virtudes, es un hecho que por algo quisimos estar en convivencia con ese ser y está claro que no fue en la gran cantidad de objeciones que posteriormente le vimos e intentamos hacer que se diera cuenta, así que debemos retornar al principio y preguntarnos porqué queremos que esté con nosotros, es ahí donde empezaremos a ver sus grandes cualidades que nos atrajeron antes de volvernos jueces impecables.Así que en conclusión tenemos que entender que hay que aceptar a cada uno, tal y como es, sin buscar complicarse la vida, entendiendo que todo ser humano tiene derecho a ser, pensar y actuar tal y como quiera, gracias al libre albedrío que tenemos derecho por el simple resultado de haber nacido. Aceptar y lograr a entender que los más de 7mil 500 millones de habitantes de este planeta generan una diversidad universal que se cuantifican por su lugar de nacimiento, por su cultura, por su nación, por su color, por su religión, por su entender en política, por su idea de familia, por su sentir saciedad, por sus conceptos de trabajo y sobre todo por cómo disfrutar y ser felices en nuestro planeta y todo lo que ello conlleva.

No olvidemos que desde el principio nos dieron un paraíso para vivir y solo nosotros decidimos si lo hacemos o lo modificamos para crear un verdadero infierno. Ustedes tienen la palabra y deciden.


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