Khajuarho y Jhansi.
La llegada a esta ciudad que en su tiempo fue la capital de la dinastía de los Chandelitas en los siglos X al XII, esta generada por la expectativa que uno puede tener de este patrimonio de la humanidad reconocido en 1968.
Desde que entras en un área restringida donde están una buena mayoría de sus templos, te das cuenta que estás en un mundo diferente, generado por los artistas que grabaron en el muro de granito y arenisca de los templos las imágenes eróticas, representada con lujo de detalles de cientos de posiciones dedicadas al sexo de todo tipo, siento que incluso el Kama Sutra se quedó corto con estas figuras de divinidades hindúes en donde se mezclan las danzas rituales, la vida cortesana de este periodo, los animales como parte de una serie de orgías en dónde por lo expresado se permitía todo. Está claro que este tipo de expresión es solo un hecho en esta población, no es normal en el arte relacionado con el hinduismo, ni budista encontrar este tipo de figuras sugerentes en donde bailarinas, apsaras, dioses, concubinas, animales y todo tipo de objetos estén relacionados con el sexo y sus más exageradas expresiones del mismo.
No hay mucho más que hacer en Khajuarho excepto el paseo que puedas dar por sus jardines que rodean esta cantidad importante de templos, solo por la noche ir a ver algunas danzas típicas del lugar que nada tienen que ver con las imágenes captadas y que están exentas de cualquier contenido erótico.
Hay que tener en cuenta que en Diciembre del año 2013 la Corte Suprema de la Nación decreto la homosexualidad como un delito. India en los últimos decenios ha sido un país especialmente conservador influenciado por el puritanismo de los grupos más influenciables, la comunidad islámica (mayoritaria), los antiguos gobernantes británicos y la propia casta sacerdotal de los Brahames.
La libertad sexual exhibida en el templo del Sol data de muchos siglos atrás, algunos no saben cómo ha logrado sobrevivir sin ser destruido, tal y como ha ocurrido en otras esculturas y edificios del siglo XIII, algo discordante con la historia de este país. El Kama Sutra fue escrito según datos entre el siglo IV AC y el siglo II. Además el sexo se enseñaba como una materia en educación oficial, algo que no ocurre en los tiempos actuales con el actual gobierno.
Transitamos por carretera libre hacía Jhansi, terrenos planos con buenas extensiones para cultivos nos iban dando la bienvenida, las calabazas, las berenjenas, además de buenas extensiones para trigo y arroz, alimentos básicos en la dieta de este país eran expuestos en nuestro recorrido, al igual que los ríos serpenteantes que discurrían entre sus campos, en ellos se veía a la gente lavando su ropa, bañándose y transportando agua a sus casas para poder almacenarla. La luz y el agua no llega a una buena mayoría de viviendas en estos lugares.
La ciudad, habitada por medio millar de personas, se originó en principio en el interior de las murallas de la fortaleza de Jhansi, construido en 1613 por el rey de Orchha. La historia nos dice que esta fortaleza fue pasando de mano en mano hasta que en 1853 se hizo cargo la Compañía Británica de las Indias Orientales, ante la ausencia de un heredero.
Esta fortaleza realmente impresionante es digna de visitar, su estructura claramente formada como una unidad defensiva se hace imponente a la vista y te deja entrever lo útil de ser claramente preparada para repeler y enfrentar cualquier ataque enemigo, cuando fue expropiada por los británicos el fuerte sufrió una rebelión regional en la que participó activamente la reina de Maratha llamada Rani Laksmibai, en cuyo honor se levantó una de las estatuas más veneradas de esta ciudad. Nacida en Varanasi en 1828 y casada en 1842 con Raja Rao, fue desposeída a la muerte de su marido, su escultura está situada en el parque principal y ocupa su glorieta central.
La experiencia en este par de días fue de mi gusto total, después de Varanasi creo que fue rescatador la visita a estos dos lugares que llenaron mis expectativas antes de llegar a Agra. Nuestra próxima parada.
Deja una respuesta