Conocer mundo (2). Varanasi.

Varanasi: Ciudad sagrada.

También conocida como Benarés, está situada a orillas del Rio Ganges, es una ciudad súper poblada, considerada una de las siete ciudades sagradas por el hinduismo, así como el jainismo y el budismo,

La mayor atracción es el propio Ganges, su diosa particular para todos los hinduistas, en sus orillas realizan una buena parte de sus ritos y ofrendas, en el depositan cenizas y cuerpos que no pueden ser consumidos por las llamas, como las mujeres embarazadas, niños y tuberculosos, en sus aguas encuentran la forma de satisfacer sus necesidades, lavan, se bañan y duermen cerca de su caudal en las escalinatas puestas en sus linderos.

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La afluencia tiene dos horarios perfectamente detectables, el anochecer para sus ofrendas y el amanecer para ver la salida del sol, bañarse y empezar la cremación de difuntos. 400 kilos de leña, más el sándalo y las heces de vaca son los requisitos imprescindibles para iniciarlas ante la vista de sus familiares masculinos que previamente han bañado y adecentado el cadáver.

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El recorrido por el río mientras todos estos acontecimientos suceden es una rutina constante, diferentes barcazas de todo tipo andan de arriba para abajo, la mayoría con fines turísticos, las menos realizando tareas de transporte y pesca.

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Es difícil explicar mi impresión, no estaba preparado y me costó entender lo que veía, mientras yo preguntaba por enfermedades e infecciones, ellos me hablaban de lo sagrado de sus aguas, para ellos era una diosa que los protegía y evitaba cualquier situación que no fuera benéfica, muchos de sus habitantes incluso beben sus aguas. Muy difícil de entender para mi percepción, suciedad, cadáveres, vacas y excrementos, calles estrechas sin limpieza con gran cantidad de altares, cantidad indigente de personas en un tráfico de contacto físico, aspirando polución, producto de las pilas funerarias y olores desagradables mezclados con inciensos y velas de todo tipo. Palacios en ruinas convertidos en dormitorios mundanos y comercio incesante con venta de cualquier producto inimaginable, puestos de comida con exceso de fritos, de harinas de arroz, ollas de sopas y té. Quizás si en aquel momento me hubieran preguntado si quería seguir conociendo la India, hubiera contestado que no. Lo que veía estaba lejos de mi alcance de entendimiento, a pesar de entender que para ellos era algo tan normal como ver transcurrir cada uno de sus días.

En Varanasi pudimos acercarnos al Templo Dorado, aunque sin poder visitarlo por no ser creyentes, las medidas de seguridad solo por aproximarte y ver su cúpula son muy estrictas, las amenazas constantes que se reciben en su contra se ve que son constantes y se trata de evitar cualquier tipo de atentado como el sufrido en el año 2010, este templo está dedicado al Dios Shiva, uno de los más importantes dentro de sus 33 millones. A su lado está una mezquita y es posible que esta sea también una causa de la vigilancia del ejército.

Algo que alivio mi alma y mi espíritu fue llegar a Sarnath, el lugar donde Siddhartha Gautama dio su primer discurso ya convertido en Buda, y empezó a predicar su Dharma (doctrina), la estupa, las ruinas de la casa donde habito, así como sus jardines calmaron mis deseos de abandonar y propiciaron los de seguir conociendo más lugares.

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Recuerdo en mi juventud que mi gusto por la lectura inició al leer el libro de Siddhartha, ahora al ver reflejado estos conocimientos con la realidad de dónde vivió y como fue capaz de dejar su herencia como príncipe heredero del Clan de los Shakyas, su hogar en las faldas de Himalaya y a su mujer, para poder encontrar el camino del Nirvana por medio del sufrimiento y la iluminación apartando de su mente cualquier deseo terrenal.

Lo que vi, en esta ciudad, no me genero ninguna simpatía a su forma de vida, aunque para ellos todo era normal, su vida es una sucesión constante en movimiento, en donde le dan mucha importancia a lo que se convierte en tradición, sin importar si ello se interpone con el trabajo, sus rezos, sus ofrendas, sobre todo su convivencia familiar y el respeto a la generación de más edad, son los motivos fundamentales de su existencia, aquí corrobore una frase que siempre tengo en mi léxico: “No es más feliz el que más tiene, sino el que tiene lo que necesita”, y ellos al parecer lo poseen, dos comidas al día por regla general con sus familias y todos reunidos. Mantienen sus viviendas con sus abuelos, padres y hermanos. Al casarse la mujer va a la casa del marido y aporta su dote. La bodas son programadas, aunque ya hay mayor docilidad para dejar escoger, les permiten conocerse y elegir, si así lo hacen la boda se puede realizar, no sin antes el consentimiento del astrologo que debe pronunciarse sobre el éxito de cada unión.

 

Sus casas en muchos casos carecen de luz y de agua, los baños son escasos y en el caso de los públicos son bastante desagradables de usar, ya que la mayoría son pegados al suelo y no de asiento. En cuanto a los hombres la calle es el mejor lugar, aunque poco a poco se va perdiendo esta costumbre.

Ver realidades de nuestro mundo, creo que es una de las situaciones que te dan conocimiento, que te permiten ver que los seres humanos tenemos mil caras y estas aparecen dependiendo el lugar que visitas. Lo que para uno es impensable, para otros es su día a día.

 

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