Cataluña: Clamor por la libertad

Cataluña: Clamor por la libertad.

He podido vivir unos cuantos días en mi tierra natal coincidiendo con el 1 de Octubre del año 2017. Un domingo maravilloso en donde multitud de catalanes y residentes de la región decidieron mostrar su opinión en un referéndum no autorizado por el gobierno español.

Más de dos millones y medio de personas mostraron sus preferencias en un acto no reconocido y castigado a golpes por las fuerzas de la guardia civil, en un derroche de odio y rabia que estaba totalmente fuera de lugar y que en minutos trasformaron a parte de la población civil con el voto indefinido en independentistas, alcanzando un 90 % del escrutinio.

Rajoy y el rey de España Felipe VI, fueron claros en sus mensajes una vez dados a conocer los resultados. Cataluña estaba actuando fuera de la ley, la acción de las fuerzas españolas estaba plenamente justificada y en caso de que el Presidente de la Generalitat,  Puigdemont, declarara la independencia de Cataluña se aplicaría el artículo 155 constitucional, esto es lo que especifica:

1.- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general. 2.- Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.

Las dos posiciones son netamente encontradas, uno se pregunta, después de oír una y otra vez el estallido español en contra de la autodeterminación de un pueblo, que tan malo puede ser en una democracia plena con libertad de expresión el autorizar un referéndum, cual es el miedo, no es mejor saber que piensa una región que ignorarlo.

La verdad y no hay que ser profeta, es que la posible separación de Cataluña de España crearía serios problemas al gobierno español, aunque sus mensajes indiquen lo contrario, las contribuciones de esta región al resto de España son las mayores de todas, no hay comparación con el resto, lo que genera un trato de desigualdad importante, algo que y perdón por el hecho de pronunciarme, es realmente desagradable.

Los catalanes somos hoy por hoy perfectamente autofinanciables, algo de lo que no pueden presumir los que alzan la mano para declarar lo contrario. Hoy multitud de personajes y organizaciones de todo el mundo se inclinan por una solución a través del dialogo, de sentar a las partes y llegar a acuerdos consensuados, a entendimientos que complazcan a ambos y que garanticen la paz y la convivencia entre todos, sin importar si es dentro o fuera de España.

Este jueves 19 de Octubre del 2017, el tiempo se habrá agotado, Rajoy y todo su equipo deberá tomar, si Carlos Puigdemont no programa elecciones adelantadas y suspende la independencia. El Govern puede ser tomado por las autoridades españolas usando el famoso 155 y convocando de nuevo elecciones en un periodo que podría ser de 3 a 6 meses.  Las fuerzas armadas españolas ya están apostadas en las cercanías de la región, en los puertos e incluso en el interior para evitar, en caso de producirse cualquier insurrección o protesta, ¡¡por favor!! los catalanes no somos bélicos, no respondimos ninguna agresión a la que fuimos objeto, entiendan de una vez por todas, nuestras demandas son solo pidiendo lo que creemos justo, después de muchos años de estar pidiendo igualdad año tras año sin ser escuchados.

En Cataluña no podemos olvidar las frases y comentarios hechos desde Madrid en las que se nos menciona desde hace años. Y no para ensalzar nuestros méritos, si no para demeritar nuestros esfuerzos y cultura:

Fue en 1927 cuando Juan LLarch mostro su desprecio por nuestro idioma: “Obligar a usar el castellano en Cataluña es hacerles un favor paternal, como los es obligar a un niño corto de vista y revoltoso a ponerse unas gafas”.

En 1934 Manuel Azaña específico: “Una persona de mi conocimiento asegura que es una ley de la historia de España, la necesidad de bombardear Barcelona cada 50 años”.

1938 el General Queipo de Llano, fue claro en sus aspiraciones para la nueva España: “Transformaremos Madrid en un vergel, Bilbao en una gran fábrica y Barcelona en un inmenso solar”.

Más contundente fue el Gobernador militar Aymat en 1939: “¡Perros Catalanes! ¡No sois dignos del sol que os alumbra!”.

En la historia más actual, en 1968 Luis de Galinsonga, fue realmente insultante al decir: “Todos los catalanes son una mierda”. En este mismo año y en plena efervescencia contra nuestra región, Manuel Fraga Iribarne quiso hacer historia, además de amenazar a nuestros ciudadanos: “Cataluña fue ocupada por Felipe IV, ocupada por Felipe V, que la venció, fue bombardeada por el general Espartero, que era un general revolucionario, y la ocupamos en 1939 y estamos dispuestos a coger de nuevo el fusil. Por lo consiguiente ya saben ustedes a qué atenerse, y aquí tengo el mosquete para volverlo a utilizar”.

En 1981, en plena época post franquista fue el presidente del Real Madrid, Santiago Bernabeu, el que marco una frase célebre: “Me gusta Cataluña a pesar de los catalanes”.

Leopoldo Calvo Sotelo, encontró en 1984 una solución para la región: “Hay que fomentar la emigración de gentes de habla castellana a Cataluña y Valencia para así asegurar el mantenimiento del sentimiento español que comporta”. Ese mismo año Felipe González hizo una afirmación importante en como pensaba el gobierno con respecto a nuestro pueblo: “El terrorismo en el País Vasco es una cuestión de orden público, pero el verdadero peligro es el hecho del diferencial catalán”. También se despachó a gusto cuando predijo: “El futuro económico de Cataluña es un país de albañiles y camareros”.

Todas estas frases a lo mejor no eran más que la predicción que genero Francisco Franco en sus 40 años de gobierno: “A estos catalanes hay que ahogarlos económicamente”.

La lucha de Cataluña empezó hace mucho tiempo y hoy Felipe VI parece estar más cerca de sus predecesores y tocayos de nombre, a la hora de tomar las riendas bajo la tutela de Rajoy y amparado en su grado militar de tomar las instalaciones y funciones del Gobern.

La aprensión injustificada a líderes políticos catalanes, Cuixart y Sánchez, la amenaza constante al propio presidente y sus allegados, la insistencia en querer hacer responsables a los “mossos d´esquadra”, policía catalana del incumplimiento a la ley por no evitar el referéndum del 1-Octubre y la coalición formada por el PP, PS y Ciudadanos para convocar elecciones e implementar el 155 están generando pesimismo en el ámbito financiero, hasta el punto de que más de 800 empresas ya han hecho un cambio de sede social.

La falta de intervención de la UE, que solo ha invitado a negociar, sobre todo después de ver la falta de visión del gobierno español para evitar este problema de orden internacional,  pero sin intervenir por razones que corresponden a la defensa de uno de sus miembros y a su política de no desvinculación de estados en las naciones que componen el organismo para evitar que otras regiones de diferentes países adopten estas medidas. Ha dejado toda la fuerza de decisión a España.

El problema va creciendo a medida que avanzan las horas, hoy 19 de Octubre, Rajoy ha anunciado la aplicación del 155. Ello conlleva a una acción totalmente nueva y de desconocidos resultados. La fuerza y la imposición nunca ha sido según mí entender una forma de solución. Los errores están a la vista, la respuesta del pueblo, ya no hablo del gobierno de la Generalitat son imprevisibles, el posible anuncio para iniciar un proceso electoral podría en cierto modo calmar los ánimos e incluso cambiar los planes de ejecución del 155, si esto fuera anunciado por Puigdemont antes de que este culmine. El líder catalán dejo bien claro en su mensaje como respuesta, para pronunciarse sobre el sí o el no a la Independencia, que el gobierno español no quiere una respuesta política.

Ocurra lo que ocurra, esto no está bien, a través de todos estos días hemos podido palpar como el poder en si mueve todo un aparato para poder realizar acciones que afortunadamente no se conocían en 40 años. Hoy vemos como se distorsiona la verdad según convenga y como se ignora si es ingrata. El pueblo catalán no quiere críticos, el pueblo catalán quiere soluciones que igualen los privilegios con el resto de autonomías, decir que somos iguales y tratarnos de forma diferente no arregla el conflicto, los tiempos de Franco terminaron en el año 75, pero por lo visto y según parece sigue habiendo muchos partidarios en este Gobierno.

Como catalán, aunque inmigrado, apuesto por la libertad y la democracia. La voz no se calla con sentencias ni con apaleos, se calla escuchándola.