SAMATO

Por Santiago Martinez Torres

¿Qué somos? Una incógnita resuelta.

¿Que somos?

20170918_223513Es un hecho la pregunta que a medida que avanza nuestro raciocinio, en muchos casos madurez,  se hacen las personas: ¿Qué somos?

A través de los años, las respuestas de filósofos, científicos, académicos y teólogos han generado interpretaciones de todo tipo, desde las más simples hasta las más complicadas e inentendibles. Repasarlas sería llenar página tras página y compararlas entrar en la disparidad de formas de pensar.

Aunque hay un hecho que se refleja en culturas y religiones que nos llega desde tiempos pasados con miles de años de diferencia. Una gran mayoría cree en la vida después de la muerte terrenal. Según Herodoto (historiador y geógrafo griego que vivió entre el 484 y 425 antes de Cristo), los primeros en estar convencidos de ello fueron los egipcios, creían firmemente en la reencarnación y entendía que muchos de sus faraones eran la nueva vida de otros anteriores, el libro de los muertos era una de la joyas más buscadas por arqueólogos y convencidos que creían que en él estaba la clave del regreso al mundo de los vivos.

En 1904 nació una mujer inglesa llamada Dorothy Eady, ella después de un pequeño accidente, aseguro ser la reencarnación de Bentreshyt, una sacerdotisa y sirvienta de la corte de Seti I, hijo de Ramsés I, este hecho fue asimilado por una parte de investigadores al ver los conocimientos y los descubrimientos que por medio de ella pudieron llevar acabo al descubrir ruinas y lugares impensados en los lugares que les indicaba. Tales fueron sus hallazgos que fue la primera mujer empleada en el Consejo Supremo de Antigüedades egipcia como asistente de investigación arqueológica, Dorithy falleció en 1981.

20160704_120926Lo cierto es que la antigua sabiduría egipcia enseña que cada espíritu tiene un proceso de perfeccionamiento a través de un ciclo cósmico, como también es cierto que la mayoría de sabios y filósofos pasaron por las escuelas de enseñanza egipcia antes de emitir juicios sobre la humanidad, entre ellos Jesucristo.

Esta introducción que también se podría realizar, tomando otras culturas o religiones, en su fe y creencia en la reencarnación nos permite de ver con simplicidad que somos.

Un servidor llego a esta definición, y al mismo tiempo afirmación: Él ser humano es una dualidad compuesta por un cuerpo material perecedero y una alma etérea eterna, con una conciencia real que es rectora entre lo bueno y lo malo, con una esperanza de alcanzar en vida,  la iluminación como un acto de  sabiduría que nos hace trascender a la regresión de nuestras existencia para encontrarnos con nuestro yo real.

Solo así podemos entender que la reencarnación representa la fuerza que impulsa el proceso evolutivo del ser humano y por ende de la vida en cualquier circunstancia por medio de muchas vidas, trasmutándolo en un ser perfecto e inmortal.
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Esta declaración nos lleva mucho más allá de los efectos de la normalidad, nos hace entender que somos inmortales y que por lo mismo debemos de vivir sin miedo a la muerte, somos eternos.

Lo cual transforma al ser humano en su creencia de ser mortal y limitado con conciencia temporal, en un ser inmortal con conciencia permanente, capaz de entrar y salir de cuerpos diferentes dependiendo de la experiencia y aprendizaje que le corresponda a cada existencia material.

Extrañara que en esta declaración de pensamiento, ante una verdad real interna, no haya mencionado a Dios, la realidad es que no necesita mención, Él está presente en todo, incluso en cada palabra escrita, Él es todo sin límites, es el cuerpo que contiene todo el cosmos incluidos nosotros, somos definitivamente una parte ínfima de su total. Es por eso que lo sentimos siempre pues está en todas partes y en cualquier lugar se nota su presencia a través de la energía que emana.

20170928_044947Cuando la gente exterioriza su extrañeza ante esta declaración, siempre les señalo lo siguiente. Imagínate que pudieras hablar con una célula de tu cuerpo, y pudieras preguntarle: ¿quién es tu Dios?, se imaginan su respuesta, sabiendo que su vida depende de la tuya y de tu energía está claro que la contestación sería, tu.

Lo cierto es que al hablar de la reencarnación no solo debemos pensar en nuestros maestros egipcios, por nombrar creyentes en este aspecto mencionaríamos a los hinduistas, jaicinistas, sijiistas, budistas, shintoistas, taoístas,  los principales filósofos griegos con Platón, Pitágoras, Diógenes o el mismo Menelao a la cabeza de este concepto, los druidas de Galia, Bretaña e Irlanda, el gnosticismo, el cristianismo, los amerindios en referencia a la mayoría de los pueblos indios habitantes de toda américa incluidos los esquimales, además de tribus de origen africano. Quizás donde más se refleja esta creencia en la actualidad se hallaría en la doctrina fundamental del espiritismo kardecista. (Francia siglo XIX)

“La eterna es la vida del espíritu, la del cuerpo es transitoria y pasajera. Cuando el cuerpo muere, el alma vuelve a la vida eterna”. (Allan Kardec 1804-1869)

Las grandes religiones en masa como son el catolicismo, islamismo y judaísmo, no creen en la reencarnación. Esta no es compatible con la Revelación del Antiguo Testamento, ni con el Nuevo Testamento. El paraíso y el infierno son conceptos para el hábitat de estos 21 gramos de energía etérea que se desprenden del cuerpo material.

20160716_091901La gran realidad al final para cada quien se basará en la creencia interna de cada quien, en los conceptos que la mente va desgranando hasta llegar a su propia definición y creencia, para muchos la vida terminara después de su ciclo de vida, su cuerpo dejara de existir y con ello su alma, habiendo dejado en el mundo vivido solo los recuerdos y hechos realizados con un ciclo temporal para permanecer en la memoria de otros seres. Después del día de partida la nada, aunque según otros creyentes, serán presentados ante el tribunal de los justos y serán juzgados por sus actos, de tal forma que para ellos en esa continuidad de su vida en su alma, está deberá pagar por su comportamiento terrenal.

No me acostumbro a ese Dios, que no es todo amor y comprensión, que está más allá que el hecho de juzgar y castigar, creo que nos ama a todos por igual pues somos parte de Él, al igual que siento del mal uso de su nombre para intimidar, generar miedo y mantener a la sociedad bajo unas reglas impuestas y promulgadas por el hombre. La conciencia es nuestra propia justicia que nos indica sin mentiras lo que está bien, lo que hemos hecho mal y debemos reparar, no solo con pedir perdón ni buscando tras la confesión el indulto, sino restituyendo en lo posible el daño causado, sea cual sea.

Se me hace más coherente el hecho de la restitución de los karmas y el aprendizaje que representa aprender en esta o en la vida que nos corresponda, como un camino que nos lleve a la iluminación por medio de la sabiduría y el entendimiento.

20171003_024617Ante estas situaciones, mi creencia es más sencilla, he llegado a la convicción y definición de mí mismo: Soy un ser humano dual, con un cuerpo hecho de materia perecedera y un alma compuesta de energía etérea eterna.

Me despediré haciéndome eco de frase de Maximilian Robespierre (1758-1994): “La muerte es el comienzo de la inmortalidad”.

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