SAMATO

Por Santiago Martinez Torres

Poder, dinero y placer.

Poder y pobreza.

8451abb8b6 Veo a la gente como circula por la vida atada a un sinfín de bienes materiales, inmersos en un mundo físico en donde todo se mide y se cuantifica. Poder, dinero y placer, son quizás las tres palabras claves que unen a la mayoría. Tal parece como si fueran indispensables para poder ser alguien o para poder sentirte bien. Ignoro a cuantas de todas las personas atadas a ellas son felices.

Convertimos a esta trinidad como la máxima expresión del éxito, llegar a obtenerlas es haber alcanzado el premio mayor, el punto final del destino. Por desgracia la humanidad no ha sido educada para atesorar estas palabras con hechos, no hay una carrera que te explique las consecuencias de estar en posesión de ellas y los efectos que producen en cada individuo.

¿Qué ocurre cuando no se saben administrarlas? Salen a relucir las peores bajezas en las que podemos caer; la prepotencia, la exageración, el desprecio, la irresponsabilidad, el insulto, la degradación, la pérdida de valores, el maltrato, el esclavismo, la falta de educación, los excesos y así podríamos ir enumerando adjetivos propios de estos personajes que creen que no hay nadie como ellos y que el mundo les pertenece. El “YO” es su principio y su final, en un círculo en donde solo los aduladores y algún que otro calcado pueden ser parte de su entorno.

pobrezaLo malo de todo este tejemaneje es que hoy, si buscamos a este tipo de personajes, los encontramos en abundancia entre la élite que hoy intenta dirigir, tu municipio, tu región, tu país o el mundo, todos ellos son parte de una cúpula en el que el poder, el dinero y el placer, son definitivamente su “lev motiv” de vida. Cada vez son más ricos, obtienen más poder y sienten el placer de ser o creerse únicos. No es buscar una mejor forma de vida, ni programar sistemas para evitar el deterioro del planeta, ni cómo evitar el hambre, la falta de estudios y educación, las guerras o los contaminantes. Es y por qué no decirlo todo lo contrario, seguir manteniendo las fuentes creadas para el ingreso irracional de dinero, que pueda ser la base para consolidar su poder y que les otorgue el placer sin límites físicos y materiales.

Este es el mundo en el que hoy vivimos, nuestra única arma de defensa es proclamar y ejercer nuestra libertad, tener la voluntad y la decisión para decir no, hay que poner un alto en el camino de todo este tipo de gente que pretende hacernos creer y de hecho así lo piensan, que el mundo en su totalidad es suyo, que lo pueden manejar a su antojo, de tal forma que nos hagan callar y admitir que la mejor forma de vivir es a través de ellos, son los que generan políticas, leyes, empleos, financiamientos, religiones, guerras, conflictos, son los que poseen los hilos para hacernos bailar como títeres al son de la música de sus manos. Nos hacen serviles y nos comprometen por medio de las obligaciones que vamos adquiriendo en el recorrido de nuestra propia existencia, familia, hogar, empleo, bienes, estudios,  a seguir por nuestro camino sin desviar la atención hacia esta forma de manipulación genérica que existe.

Ellos mueven y nos mueven, ellos proporcionan alegría con la misma facilidad que la quitan, son los que miden el termómetro de la humanidad, siempre con un solo objetivo: Poseer todo lo que puedan en el menor tiempo posible, quitar a los demás lo que piensan que por derecho les pertenece. Así vemos como en cualquier economía, hay cada vez más pobres y un menor número de ricos, aunque con más capital. La lucha entre ellos también existe. Lo podemos ver en acciones sin escenarios, entre bambalinas en donde muchos se arruinan por no tener las cartas adecuadas. Nosotros no llegamos ni a espectadores, somos maniatados a su antojo, se nutren sobre todo de los que mantienen las esperanzas de luchar, salir adelante y dar lo mejor al círculo del que están rodeados, ellos saben que no se rinden y por lo tanto seguirán produciendo para su propio beneficio, la rueda del dinero siempre llega a un punto en el que les regresa a sus cuentas por uno u otro medio.

¿Cómo podemos salir de esta situación? Cuando haces una radiografía de tu planeta y empiezas a ver que la historia se repite en todos y cada uno de los puntos del globo terráqueo, llegas a desanimarte, no ves posibilidades ni remotas para que las situación cambie, ves eso si grandes monopolios internacionales que hacen y deshacen a sus anchas protegidos por la leyes e instituciones internacionales, ellos son parte directa del problema, he corroborado como, por poner un ejemplo,  el FMI ha actuado con Latinoamérica endeudándola e imponiendo condiciones para propiciar gobiernos populistas que han hipotecado prácticamente el país por vida, cortándole las alas al posible desarrollo basado en las riquezas naturales del mismo, hoy sus recaudaciones solo sirven para cubrir deudas e intereses, cancelando de plano cualquier objetivo de desarrollo. Parece que aplican con extremada precisión: dar de comer, pero no enseñar cómo conseguir la comida. Eso los haría independientes y no es su objetivo.

la pobreza y la riqueza se deben a karmaHoy no hay sistemas energéticos baratos, ni motricidad sin combustibles, ni medicinas a bajo costo o naturales, ni atención medica obligada y gratuita, ni estudios sin paga, por razones claras, si esto pasara, su dominio pasaría a ser obsoleto, dejaríamos de ser dependientes, se rompería el termino necesario y por ende su pérdida de dinero, poder y placer. La persona que pueda subsistir sin ayuda o a través de ellos, pasa a ser un peligro latente, puede ser un ejemplo negativo para los demás.

Debemos, y eso es importante, tratar de ayudar en lo que se pueda a nuestras generaciones a formarse física y mentalmente, tratar de que entiendan la hermosa dualidad del ser humano, un cuerpo perecedero y un alma eterna, entender que tenemos una conciencia por encima de leyes y religiones que sabe definir sin equívocos lo que está bien y está mal, algo que siempre ha estado con nosotros desde el mismo día que nacimos. Esta afirmación y la aplicación de no aceptar nada que este fuera de ella, puede darnos la fortaleza para no rendirnos y poner nuestro esfuerzo en cambiar de forma paulatina sin prisas, pero sin pausas el modelo que actualmente nos rige.

No olvidemos que si no existiéramos, ellos tampoco existirían, todos de una u otra forma somos un todo y ese todo es la suma de cada uno de nosotros. Por eso debemos pelear de forma conjunta por un mundo global regido, elegido y controlado por la fuerza de nuestro hábitat.

El mundo en sí, cómo cualquier nación debe tener una constitución que lo ampare y proteja a sus habitantes, generando obligaciones reales para que la sociedad sea más igualitaria, con menos diferencias sociales, creando topes de riqueza a los individuos y a las sociedades que estén fuera de todo alcance, debemos tener mínimos y máximos definidos para poder dar a quién necesita y exigir que aporte el que tiene en exceso. Debemos administrar estos excedentes en generar una sociedad más igualada que permita la paz en todo nuestro planeta y que impida las injusticias actuales que se ven en cada segundo de nuestro tiempo diario.

 

 

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