SAMATO

Por Santiago Martinez Torres

Antes de juzgar a tus semejantes, júzgate a ti mismo.

Es fácil andar por la vida juzgando o criticando a los demás, encontrándose todos los defectos posibles, hay quienes piensan que todos están por debajo del nivel de ellos mismos y no entienden incluso cómo pueden sobrevivir. Los jueces de la vida siempre miran hacia fuera, son incapaces de ver dentro de sí mismos o simplemente de hacer conciencia con ellos mismos. No hay reflexión, solo opiniones poco pensadas, pero que inciden a lo que se podría llamar un bulín mediático, fácil y de escasas consecuencias que se usa en pláticas semi secretas, pero de opinión pública, con cierto misterio en el entendido de: Te lo digo, pero no lo comentes con nadie. El inicio de una frase; No te has dado cuenta. Has visto cómo. Te has enterado. Me da pena decirlo, pero. Me contaron. No quería creerlo, pero. Es un hecho. Así podríamos ir comentando cientos de inicios de frases que definitivamente se basan en juzgar o definir situaciones de otras personas, en el que en la mayoría de los casos ni están presentes. Este tipo de personajes, suelen ser populares y hacerse hueco en reuniones, fiestas, desayunos, comidas o cenas, siempre en una punta de la mesa para poder disparar sus comentarios de una forma discreta, ya que, en una buena mayoría de los casos, muchos de los juzgados pueden estar en el lugar.

Eso sí, casi les puedo asegurar, que lo que nunca admitirán es ser juzgados, mucho menos, ser distinguidos por algunas de las causas que critican o exponen, gente que además en caso de ser sorprendidos o tener que enfrentar a algún acusado, siempre tienen la excusa para ser inocentes, lógicamente en una buena parte, incluso tener al culpable principal sobre quién inicio este comentario. Además, son totalmente incrédulos por el hecho del daño que pueden causar y hacer. Imaginemos por un instante que alguien logra creer que una amiga le es infiel a su esposo y empieza a generar este comentario, con el yo no sé, pero me han comentado y siento que tienen razón que “Fulanita” se entiende a escondidas de su marido con “Fulanito”, las personas involucradas en caso de llegar a oídos de su marido pueden ser hasta cuatro, más los hijos en caso de haberlos. La pregunta y teniendo en cuenta de la confianza que tenga con la persona que le llega esta confesión es difícil de hacer: ¿Qué puede llegar a hacer o de que será capaz este individuo, si llega a creer que es cierto? Las consecuencias pueden llegar a ser definitivamente extremas, desde el divorcio, hasta la desconfianza e incluso la agresión. Todo por estos engendros de la sociedad incapaces de respetar a sus semejantes y ser capaces de juzgarse a sí mismos antes de hacerlo con los demás. Esta gente tiene que saber que criticar los defectos de los demás, incluso si son ciertos, no va a disminuir los suyos, ni mucho menos ocultarlos, más temprano que tarde todo este daño se les regresara de las formas más impensadas y es posible que los daños lleguen no solo a cambiar sus vidas, si no incluso destruirlas. Está claro que cuando la ignorancia, envidia y critica, la inteligencia observa, escucha y aprende. Personalmente pienso que el lenguaje de las críticas es como las moscas, aterrizan en cualquier cosa que encuentren, sin importarles. Al final siento que todos aquellos que te llegan a criticar, quieren verte diferente porque ven en ti, lo que ellos nunca podrán llegar a ser. 

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